Hacer ejercicio requiere una activación cerebral generalizada, ya que no solo se trata de mover de forma coordinada grupos musculares, sino también de aumentar el flujo sanguíneo, el consumo de glucosa, la respiración y el ritmo cardíaco. Todo esto está regulado por distintos centros nerviosos y lleva consigo una serie de reacciones químicas que protegen a las células nerviosas de daños, las impulsan a crecer, a multiplicarse, a fortalecer las conexiones entre neuronas y otras células nerviosas.
Todo ello fomenta la capacidad plástica del cerebro para que se adapte mejor a las situaciones, lo que se traduce en una mayor capacidad del cerebro para aprender. Por eso después de hacer ejercicio nos sentimos más despejados y vemos las cosas con más claridad mental, algo fundamental en los días que nos está tocando vivir.
Por todo esto, os dejo un enlace para que realicéis actividad física por la mañana antes de realizar el resto de tareas escolares.
Un saludo
Alfonso Hernández